Ambos medidores se utilizan de manera diferente en función del producto financiero.
En el caso de las tarjetas de crédito, el TIN se aplica a los intereses que se generan cuando se utiliza el crédito de las mismas. La TAE, por su parte, se emplea para calcular el coste real de la tarjeta, lo que incluye los citados intereses, pero también gastos extras como posibles cuotas anuales o comisiones. ¿Te hemos dicho ya que las tarjetas WiZink no tienen comisión de emisión o mantenimiento?
Por otro lado tenemos los préstamos, que en WiZink se diversifican en préstamos personales, préstamos de formación para tus estudios o los de tu hijo, préstamos para reformas y préstamos ECO para avanzar hacia una vida más sostenible. El TIN de estos productos se calcula usando la tasa de interés nominal acordada en el contrato de los mismos. En la TAE, una vez más, se incluyen las comisiones de apertura, comisiones de mantenimiento, seguros adicionales de protección de pago o gastos de gestión.
Por último, tenemos los productos de ahorro como las cuentas de ahorro. Aquí el TIN no es una cuantía que reste dinero de tus finanzas sino todo lo contrario: es la tasa de interés anual que se aplica a tus ahorros, es decir, la rentabilidad que te ofrece ese producto de ahorro. La TAE, por su parte, es el rendimiento real que obtienes con dicho producto una vez le restas los gastos asociados como comisiones, gastos de gestión o impuestos. Por eso te animamos a elegir WiZink. Nuestros productos de ahorro son ideales para combatir la inflación. ¡Estamos esperándote!