En España, aunque el concepto de “credit score” no está tan extendido como en otros países, entidades financieras y empresas utilizan sistemas similares para evaluar tu solvencia.
El cálculo se basa en factores clave como tu historial de pagos, el nivel de deuda actual, el tiempo que llevas utilizando crédito, las nuevas solicitudes que has hecho recientemente y la diversidad de productos financieros que tienes, como tarjetas, hipotecas o préstamos personales.
Cada entidad puede asignar una puntuación diferente según su propio modelo. Por ejemplo, tener un historial de pagos puntuales mejora tu puntuación, mientras que impagos o deudas elevadas pueden reducirla.
Esta información se extrae de bases de datos como ASNEF o CIRBE, y es fundamental para que los bancos tomen decisiones sobre la aprobación de créditos, las condiciones ofrecidas o incluso los límites de tus tarjetas.